EMDR
La memoria es una parte fundamental para construir nuestra propia identidad. Mediante nuestras experiencias y el recuerdo de las mismas, vamos construyendo nuestro autoconcepto de manera adaptativa. Normalmente, las experiencias vividas se procesan e integran sin ningún problema en nuestro almacén de memoria, pero en muchas ocasiones de trauma en las que las emociones que se generan de la situación son muy intensas, las percepciones iniciales vividas en el momento del acontecimiento se quedan almacenadas exactamente iguales que en el momento en el que se codifican, sin poderse procesar de forma adaptativa para que no interfieran en un futuro. Asimismo, es muy importante tener en cuenta que los recuerdos tienen muchos elementos asociados, como pensamientos asociados a la situación, creencias más generalizadas sobre mí mismo y mi afrontamiento, emociones, sensaciones físicas y estímulos sensoriales (imágenes, sonidos, olores, tacto, gusto).
Para poder trabajar con este tipo de problemática, se han creado diferentes estrategias terapéuticas centradas en la manera en la que se procesas los recuerdos y emociones vinculados a los mismos. Uno de los tratamientos más recomendados para trabajar con traumas es la terapia de desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares o EMDR.
¿Cómo funciona?
Nuestro cerebro tiene una tendencia natural a la sanación. El EMDR trata de activar esta habilidad mediante las conexiones entre la amígdala (área importante en el procesamiento del miedo y que actúa como señal de alarma para eventos estresantes), el hipocampo (área donde se integra la memoria) y la corteza prefrontal (área que analiza y controla el comportamiento y la emoción). Mediante esta técnica se accede a todos los elementos constitutivos al recuerdo mencionados anteriormente para poder activar nuevas redes neuronales hacia otras experiencias que generen sensaciones agradables para reducir el nivel de perturbación de la experiencia original y modificar la percepción con la que se integró.
El objetivo principal de esta técnica es modificar las conexiones neuronales de los recuerdos que nos activan emocionalmente para poder integrarlos adecuadamente en nuestro sistema de memoria. Lo que pretende es resignificar los recuerdos, imágenes mentales o pensamientos intrusivos que nos generan malestar para que cuando aparezcan no generen perturbación y puedan cambiar las creencias nucleares sobre nosotros mismos que se desarrollaron en ese momento.
¿Para qué nos puede servir?
Mediante la estimulación bilateral de nuestros hemisferios cerebrales mientras tenemos en mente el contenido mental perturbador, se generan nuevas redes neuronales que facilitan la integración de ese material en nuestro almacén de memoria y crea nuevas conexiones más adaptativas.
Podemos encontrar estos beneficios:
- Ayuda a dejar de ver esos contenidos mentales emocionalmente dolorosos como algo a evitar.
- Permite distanciarse de las creencias limitantes y generar nuevas más adaptativas.
- Ayuda a superar los traumas psicológicos sin tener que reexperimentar toda la experiencia traumática. Parte del elemento más perturbador de la situación, no de la narración de toda la experiencia a diferencia de otro tipo de enfoques.
- Es un recurso muy útil para trabajar con problemas de ansiedad.
- Aborda toda la experiencia perturbadora des de un enfoque holístico, integrando mente, emociones y cuerpo.
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