Perfeccionismo y trastornos de la conducta alimentaria

Perfeccionismo y trastornos de la conducta alimentaria

Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son aquellos que engloban síntomas cómo la insatisfacción corporal, preocupación por el peso, la obsesión con la delgadez, el temor a la gordura y alteración de la ingesta. Existen principalmente tres:

  • La anorexia nerviosa: se caracteriza por la restricción alimentaria que conlleva un peso corporal inferior al mínimo normal o esperado, acompañada o no de atracones o purgas (vómito autoproducido).
  • La bulimia nerviosa:  En la bulimia nerviosa, además de las restricciones alimentaria la persona afectada realiza atracones recurrentes, pudiendo realizar comportamientos para compensarlos y evitar el aumento de peso.
  • El trastorno por atracón: las personas afectadas realizan frecuentes atracones (ingestas de una alta cantidad de alimentos con sensación de perdida de control), lo que les produce un elevado malestar.

Factores que indican su aparición

Existen varios factores que se relacionan con la aparición y mantenimiento de estos trastornos, como pueden ser:

  • La baja autoestima
  • Las dificultades en la gestión emocional o la presencia de otros trastornos mentales: como por ejemplo la depresión o la ansiedad, así como la interiorización del ideal de belleza u otros elementos culturales.
  • El aprendizaje vicario: hace referencia a los modelos y los patrones de conducta aprendidos en el contexto familiar o con los iguales.

Dado que es muy frecuente en las personas afectadas la presencia de expectativas elevadas y poco realistas sobre la apariencia física y la delgadez, se ha pensado en la relación que podría existir con el perfeccionismo, encontrándose reconocido a día de hoy en la literatura científica como un rasgo asociado con estos trastornos.

El perfeccionismo

El perfeccionismo se considera un rasgo de personalidad caracterizado por la tendencia a establecerse altos estándares u objetivos personales, evaluarse uno/a mismo/a de forma muy crítica y la preocupación por cometer errores. Dentro del perfeccionismo existen dos dimensiones:

  • El tipo adaptativo: relacionado con la búsqueda de logros personales y el imponerse objetivos elevados.
  • El tipo desadaptativo: existe una elevada diferencia entre los objetivos marcados y la posibilidad real de alcanzarlos. Es el que más se relaciona con los TCA, con sus síntomas (como la insatisfación corporal o la búsqueda de delgadez) y otros trastornos. Genera en las personas una elevada frustración por no alcanzar las metas propuestas así como afectación del estado de ánimo. Este rasgo explica la persistencia que las personas que padecen este trastorno ponen en la restricción alimentaria para mantener el bajo peso.

Este nivel de exigencia resulta perjudicial y desfavorable para el pronóstico clínico de dichos trastornos, siendo de suma importancia tratarlo en consulta. Para abordar el perfeccionismo debemos favorecer el autoconocimiento, educar sobre sus consecuencias, modificar aquellas creencias disfuncionales relacionadas con la exigencia, eliminar las conductas de seguridad que mantienen el patrón perfeccionista y establecer objetivos realistas y sanos. Así mismo, es muy importante abordar la aceptación personal y la autoestima. En este sentido, las terapias de tercera generación como la Terapia de Aceptación y Compromiso, el Mindfullness o la Terapia centrada en la Compasión funcionan positivamente.

Finalmente, también se considera relevante aprender a defenderse delante de las exigencias o influencias externas y aprender a escuchar las propias necesidades, siendo la asertividad otro aspecto a tratar.

Elena Pufulete