¿Soy una persona complaciente o people-pleaser?
El concepto people-pleaser, en castellano se traduce como persona complaciente, es decir aquellas personas que tienen una elevada tendencia a satisfacer las necesidades y peticiones de los demás incluso por delante de sus propias necesidades. Son personas que suelen ser descritas como muy amables y empáticas por su entorno.
¿Cuáles son las características de una persona complaciente con los demás?
- Dificultad para decir que no o expresar sus opiniones o preferencias.
- Miedo intenso a ser rechazado o a decepcionar a otras personas.
- Anticiparse a las necesidades de los demás y anteponerlas a las propias.
- Tendencia a evitar el conflicto.
- Búsqueda de la aprobación y validación externa, preocupación por lo que puedan pensar los demás.
- Dificultad para establecer límites en las diferentes relaciones (familiares, amistades, de trabajo…).
- Tendencia a responsabilizarse de las emociones de las otras personas.
El deseo de mantener relaciones positivas con las personas intentando que todo el mundo esté cómodo, es un aspecto normal y sano de las interacciones sociales. El problema surge cuando de manera sistemática las personas anteponen el bienestar de los demás, desatendiendo las propias necesidades y comprometiendo su bienestar personal.
¿Cuándo se considera un problema?
- Falta de espacios de autocuidado
- Resentimiento acumulado
- Dificultades para disfrutar
- Sensación de estar constantemente agotado y quemado de las relaciones sociales
- Dificultad para detectar y comprender las propias necesidades
Romper el hábito de complacer a los demás implica un cambio en diferentes ámbitos, algunos de los pasos para reducir esta conducta son:
- Incrementar la auto-relflexión sobre la necesidad de complacer a los demás
- Establecer límites claros de manera respetuosa
- Dedicar tiempo para conocer cuáles son los deseos, valores y necesidades propios
- Priorizar el autocuidado y las propias necesidades
- Reconocer el valor propio, independientemente de la validación externa
- Aceptar que tus actos y decisiones, difícilmente complacerán a todo el mundo y eso está bien.
- Acudir a un profesional en el caso de sentir que los recursos propios no son suficientes para poner solución al problema.