Las conductas aprendidas

conductas aprendidas

Las conductas aprendidas

En el artículo anterior sobre el ARC de las experiencias emocionales, aprendimos a descomponer las  experiencias emocionales en sus tres componentes básicos, Antecedentes, Respuestas (pensamientos, sensaciones físicas, conductas) y sus Consecuencias.  

Éste último componente, el de las consecuencias, resulta clave para entender el tema que nos ocupa  en este artículo. Se trata de las conductas aprendidas. 

¿Qué son las conductas aprendidas?

Las personas estamos diseñadas para aprender de nuestras experiencias y de esta manera mejorar la  adaptación a nuestro entorno.  

Resulta clave para un niño pequeño en pleno desarrollo, que tenga todo tipo de experiencias de  interacción con el medio ambiente que lo rodea. Por eso, si a ese niño pequeño lo privamos de experiencias con el entorno, podría tener dificultades en su  desarrollo como adulto. Por ejemplo, unos padres excesivamente temerosos y pendientes de su hijo, podrían privarlo de oportunidades valiosas de interacción con el medio ambiente, haciendo que en ese niño se genere una creencia relacionada con lo peligroso que puede ser el mundo que lo rodea. Esta creencia, podría derivar en algún tipo de dificultad emocional relacionada con la ansiedad. 

El papel de las emociones en las conductas aprendidas

Para sobrevivir, necesitamos acercarnos a aquello positivo para nosotros y alejarnos de lo negativo. En este proceso, las emociones juegan un papel fundamental.  

Si al niño del ejemplo anterior, los padres le gritan cuando intenta cruzar una calle sin prestar atención al tráfico, seguramente generará una respuesta de miedo que hará que no cruce y que, la próxima vez que se encuentre en una situación similar, preste atención antes de cruzar. En este  sencillo ejemplo, la emoción de miedo, generó una conducta (detenerse) con alta probabilidad de que se repita en una situación similar, es decir, una conducta aprendida con valor adaptativo para la supervivencia.  

Ahora bien, aplicando este mismo proceso, podemos aprender a escapar de un sitio muy concurrido porque nos produce malestar, o podemos ponernos a limpiar la habitación en vez de estudiar porque nos asalta un pensamiento del tipo ¨no podré hacerlo, voy a suspender¨, que nos genera ansiedad, etc. En estos casos, las conductas provocadas por las emociones no son adaptativas. Nos protegen de un miedo percibido, no real.

Este proceso de aprendizaje de conductas, resulta especialmente relevante en situaciones que nos despiertan emociones muy intensas. Además, juegan también un papel muy importante en la mayoría de los trastornos emocionales

En el análisis del componente consecuencias de nuestras conductas, la distinción entre corto y largo plazo resulta muy importante. El evitar emociones intensas, por ejemplo, no acudiendo a una reunión social debido al malestar que produce, reduce efectivamente ese malestar pero a corto plazo; no obstante, a largo plazo, esta conducta puede  tener consecuencias negativas en nuestra vida. 

1

Así que, para finalizar y a modo de resumen, te invito a que reflexiones sobre las siguientes cuestiones: 

  • Piensa en algo que has aprendido a hacer para evitar algo desagradable. ¿Qué experiencia te influyó?  
  • ¿Qué has aprendido a hacer para experimentar cosas agradables? ¿Qué experiencia te  influyó?
Gonzalo Germán Benitez