Deseo sexual y salud mental

deseo sexual y salud mental

Deseo sexual y salud mental

La salud mental/emocional es tan importante para nuestro deseo sexual como lo es nuestra salud física. Seguramente si tienes contracturas o has tenido un accidente y tienes la pierna rota, tu deseo se verá algo impedido. De la misma forma, factores como la ansiedad, el estrés laboral o un bajo estado de ánimo pueden influir en nuestro deseo sexual e incluso suprimirlo de forma temporal.

Tal y como cuidamos nuestra salud física, también debemos cuidar nuestra salud mental. El primer paso para hacerlo es escucharnos y tener conciencia de cómo estamos. Quizás son dificultades puntuales por un momento difícil que estamos atreviendo a nuestra vida o quizás se trata de un tema más crónico como podría ser una falta de autoestima e inseguridad hacia nuestro cuerpo y las relaciones sexuales que tenemos. Sin embargo, no quiere decir que cualquier afectación a nivel emocional tenga que afectarnos a nivel sexual, pero vale la pena poder ser conscientes de ello para entenderlo. Una dificultad en la salud mental no debería impedir llevar una vida plena o gozar de cualquier aspecto de la vida, incluido el sexo.

Si nos centramos en el estrés, a largo plazo y de forma crónica, genera cansancio físico y emocional y mucha frustración. Te agota y puede afectar al sueño, al humor, a la atención y la concentración, al deseo sexual…y puede ir absorbiendo e influenciando muchas áreas de tu vida si no se trata de la forma adecuada y a tiempo. No sólo es necesario intervenir cuando ya es de una intensidad muy elevada, sino que también es necesario detectar las señales a tiempo para prevenir que vaya a más.

¿Qué señales me indican que mi deseo sexual esta afectado?

  • No tengo ganas de tocarme/masturbarme
  • No tengo pensamientos/fantasías sexuales
  • Me incomoda que mi pareja me proponga tener relaciones; nunca es un buen momento
    me siento culpable por no sentir “el mismo deseo sexual que todo el mundo”
  • Creo que me pasa algo por no tener tanto deseo sexual
  • En otras épocas de mi vida si he tenido deseo sexual

Estas señales pueden indicar que su deseo no está pasando por un buen momento. Darse cuenta es el primer paso para poder ponerlo sobre la mesa y trabajarlo. Puede que esta situación te haga sentir mal contigo mismo/a, que te sientas culpable, que te dé vergüenza… pero debes saber que el deseo no es estable y que fluctúa con el tiempo, y que depende de muchos factores, tanto internos (tu autoestima, la ansiedad que puedas sentir o un estado bajo de ánimo) como externos (una temporada de mucha carga laboral, no tener espacios íntimos y privados con tu pareja, priorizar otros aspectos urgentes en tu vida, etc.)

Lo primero que debemos hacer para recuperar nuestro deseo es cuidarnos: abordar nuestros problemas de salud mental y salud física, descansar adecuadamente, seguir una buena alimentación, seguir una rutina, hacer ejercicio físico moderado y priorizarse son aspectos fundamentales para crear y mantener una buena autoestima, sentirnos bien, amarnos tal y como somos y sentirnos deseables.

En este sentido, dedicarnos tiempo para la autoexploración, reconectar con nuestro cuerpo, la masturbación, a conocer qué es lo que te gusta y te excita y lo que quizás no tanto. ¡Por cierto! Muy importante: no es necesario tener pareja para disfrutar de tu sexualidad y fomentar tus fantasías.

Sobretodo, es importante tener en mente estas ideas básicas:

  • No te fuerces: permite que no siempre puedes estar al 100% en todos los ámbitos. Respeta el proceso de volver a recuperar tu deseo.
  • No presiones a tu pareja sexual: si hay presión, no hay deseo. Cuando no te apetezca tener relaciones sexuales, comunícalo, no pasa nada.
  • Sentirse deseado/a es el mayor estimulante sexual: haz cosas que te sientan bien y te hagan estar a gusto contigo mismo/a. Cuidarte es el primer paso para agradarte a ti mismo/a y respetarte!
  • Para reconectar, desconecta: reduce los estímulos, la actividad y el estrés: la relajación es un buen aliado del deseo. Crea un espacio tranquilo, con poca luz, pone música suave de fondo, alguna vela con un olor que te guste…disfruta de los pequeños placeres.
  • Potencia tu imaginación: puedes ayudarte de novelas eróticas, escenas sexys de películas convencionales,…
  • Si tienes dificultades para ser creativo/a, ayúdate de tus propios recuerdos: ¡usa tu memoria, recordar momentos excitantes del pasado pueden hacer revivir el deseo en el presente!

Si crees que tu salud mental o una situación personal está afectando a tu deseo y te gustaría trabajarlo, hay que recordar que pedir ayuda profesional a un sexólogo/a es dar un paso adelante hacia tu bienestar; tanto si es de forma individual como en pareja. El deseo no es siempre aleatorio, hay que dedicarle tiempo y trabajar en él. Puedes contar con el equipo de Inspira para acompañarte en ese proceso.

Elisabet Gutiérrez