¿Cómo ayudar a alguien que está sufriendo un ataque de ansiedad?
Los ataques de ansiedad, también conocidos como ataques de pánico, son episodios intensos y repentinos de malestar muy elevado, que pueden estar acompañados de síntomas físicos y emocionales muy abrumadores. Estos ataques pueden ocurrir de manera inesperada, sin una causa aparente, o pueden estar relacionados con situaciones específicas que provocan una respuesta de ansiedad extrema en pocos minutos.
Síntomas de un ataque de ansiedad
- Palpitaciones o aumento de la frecuencia cardíaca.
- Sensación de ahogo o falta de aire
- Sudoración
- Temblores
- Sensación de mareo o desmayo
- Sensación de asfixia o ahogo
- Dolor en el pecho
- Náuseas o malestar estomacal
- Sensación de irrealidad (como sentirse desconectado de uno mismo) o desapego de la realidad
- Sensación de entumecimiento o de hormigueo en algunas partes del cuerpo
- Miedo a perder el control
- Miedo a morir.
La persona que sufre el ataque de pánico es muy posible que le cueste pensar con claridad, por lo que será importante destacar que un ataque de ansiedad es una respuesta temporal y no representa una amenaza real y física grave. Aunque es muy angustiante y dolorosa, no es dañino ni peligroso para la vida.
Pautas para poder apoyar a una persona que está sufriendo un ataque de ansiedad:
- Quédate con la persona y mantén la calma: Es muy normal que puedas asustarte al ver a alguien sufrir un ataque de ansiedad, intenta respirar tranquilamente y quedarte a su lado. ¡Quedarte junto a la persona ya es señal de que lo estás haciendo bien! (Conocer los síntomas te puede ayudar a que lo vivas con menos angustia y que puedas transmitir una sensación de tranquilidad).
- Lleva a la persona a un lugar tranquilo y seguro: Reducir el ruido y la estimulación externa favorece a la relajación y a la gestión del ataque.
- Si la persona que sufre el ataque habla y expresa, escúchala activamente: Haz que la persona se sienta escuchada y comprendida. Anima a la persona a expresar lo que está sintiendo, sin juzgar sus emociones o experiencias. Habla con la persona mediante frases
cortas y simples. - Sé predecible, evita realizar movimientos rápidos ni bruscos.
- Aplica técnicas de respiración: Anímala a respirar lentamente y profundamente. Puedes guiarlos en una técnica de respiración, donde inhalen profundamente por la nariz, contengan la respiración por unos pocos segundos y luego exhalen más lentamente por la boca. Intenta que cada vez la respiración sea más profunda. Puedes ayudarte de frases como “lo estás haciendo bien”.
- Evita frases que minimicen o invaliden sus sentimientos: No digas cosas como «solo relájate» o «no te preocupes tanto», ya que esto puede hacer que la persona se sienta incomprendida o juzgada y se ponga más nerviosa. en su lugar, puedes decir: «Puedes superarlo», «Estoy orgulloso de ti. Buen trabajo», «Dime qué necesitas ahora», «Concéntrate en tu respiración. Mantente en el presente», «No es el lugar lo que te está causando las molestias; son tus pensamientos», «Lo que sientes es atemorizante, pero no es peligroso».
- Sé paciente y comprensivo: La ansiedad puede ser una experiencia abrumadora y desgastante. Ten paciencia y no te desanimes, puesto que la recuperación puede llevar tiempo.
- Tolera el malestar del otro. No trates de resolver el problema de ansiedad por ellos. Escuchar, brindar apoyo y respirar con ellos puede ser suficiente en ese momento. Si crees que la situación se mantiene o empeora, puedes ayudarte llamando a Urgencias.
Una vez se ha pasado el pico más intenso, también puedes ayudar con:
- Ofrece apoyo físico: Algunas personas pueden encontrar consuelo en el contacto físico, como abrazos suaves o acercamientos reconfortantes. Si conoces bien a la persona y sabes que esto les ayuda, ofrécelo con respeto y empatía. Si no estás seguro de que necesita la persona, no hagas suposiciones, pregúntaselo.
- Ayuda a focalizar su atención: Pídele a la persona que se concentre en algo concreto o que realice alguna actividad simple, como contar los objetos a su alrededor, describir detalladamente lo que están viendo para redirigir su atención, o pídele que repita una tarea
simple pero físicamente cansadora, como levantar los brazos por encima de la cabeza. - Anima la búsqueda de ayuda profesional: Si la persona experimenta ataques de ansiedad con frecuencia o si sus síntomas son severos, alienta a buscar la ayuda de un profesional de la salud mental.