Autoexigencia
La autoexigencia es una característica propia que tiene relación con solicitar algo a un/a mismo/a, con lo que esperamos de nosotros/as mismos/as. Esta implica un esfuerzo, superación o conseguir un logro. Por lo que la autoexigencia puede ser beneficiosa ya que nos ayuda a mejorar, conseguir retos, metas o sueños. Pero una excesiva autoexigencia, cuando esta se convierte en excesiva o como forma de vida, se convierte en algo negativo que nos puede llevar a emociones de ansiedad, frustración y decepción con uno mismo, descuidando nuestra autoestima.
¿Cuándo es excesiva la autoexigencia?
Esta es excesiva cuando tu objetivo de vida es cumplir expectativas y obligaciones. Puedes sentir constantemente que no eres válido, que solo cometes errores y vives con miedo de cometerlos, que nada es suficiente por mucho que te impliques, que tienes muchos “tengo que” o “debo” y todo esto te puede hacer renunciar a muchas cosas por esta sensación de tener obligaciones o no ser válido. Suele tener relación con una expectativa inalcanzable de querer cumplir con un ideal de ti mismo irreal y exigente.
Además, está estrechamente ligado con el perfeccionismo. Este es el extremo de la autoexigencia.
Claves para dejar de ser autoexigente:
Ser menos autoexigente implica un cambio y por lo tanto es necesario estar dispuesto a hacerlo. Es importante trabajar a nivel cognitivo y aplicarlo en la rutina, en nuestro día a día, para conseguirlo.
- Analizar las metas: es esencial empezar a valorar si tus objetivos o metas en tu día a día son reales y alcanzables. Tenemos responsabilidades en nuestras rutinas, pero es importante que valoremos según como va pasando el día, si es viable alcanzar todas las tareas que nos hemos planteado para este día o hay que rebajar o postergar alguna para poder sentirme bien conmigo mismo y no autoexigirme.
- Reconocer los logros: suele darse entre las personas autoexigentes que se ponen muchos o objetivos grandes y cuando los cumplen no paran a pensar y valorar lo que han conseguido, sino que enseguida buscan otro objetivo que alcanzar. Es importante pararse, darse un momento, y disfrutar del logro que has alcanzado, ¡Felicitarse!
- No culpabilizarse: Si no se ha conseguido uno de los objetivos o metas, es importante no culpabilizarse, ni hablarse mal por ello, es importante valorar si era alcanzable o aprender y analizar de los errores. Recuerda que no somos robots y nadie es perfecto.
- Poner límites: Es importante parase y escucharse para valorar cuáles son nuestros límites. Es muy importante saber hasta donde puedo llegar para ser menos autoexigente. Es imprescindible decir no y marcar tus limites sin sentirse mal por ello. Hacerlo desde el autocuidado y el egoísmo positivo.
- Eliminar discurso negativo: Es importante que seas consciente de la forma en que te hablas y te diriges a tu yo. Si tu voz interior te habla en negativo y provoca desmotivación, hay que dejar de decirnos cosas como “no sirvo para esto”, “que tonto soy”, “que torpe”, etc.
- Escucharse y conocerse: es importante valorar el autoconcepto que tienes de ti mismo y ser sincero contigo mismo. Reconocer tus defectos y perdonarte por ellos. Esto ayuda a conocer cuáles son tus fallos y no frustrarte tanto cuando cometas un error o no consigas lo que quieres alcanzar.
Es importante plantearte dos preguntas, ¿Qué quiero? y ¿Qué necesito? Antes de hacer cualquier cosa y así podrás analizar si lo haces porque “debes” o porque quieres y/o necesitas.
Y, por último, recuerda, somos más importantes que nuestras metas.